11 de noviembre de 2012

ARGENTINA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES - LA PLATA : ANTE LA FALTA DE COLABORACIÓN DEL ESTADO NACIONAL Y DEL PROVINCIAL, EL PUEBLO DE LA PLATA COMPRÓ EQUIPOS DE DIÁLISIS PARA EL HOSPITAL DE NIÑOS DE LA CIUDAD




ARGENTINA ESTÁ CAMBIANDO


ANTE LA INEXISTENCIA DEL ESTADO COMO COLABORADOR DE SU PUEBLO,  LOS CIUDADANOS TOMAN LA INICIATIVA Y SE DEDICAN A SOLUCIONAR LAS CARENCIAS GRAVES QUE VIVE ARGENTINA EN TEMAS COMO SALUD Y SEGURIDAD


ASÍ COMO EL OTRO DÍA VIMOS QUE VECINOS SE TURNAN PARA CUSTODIAR LOS BARRIOS,  AHORA,  EL HOSPITAL DE NIÑOS DE LA PLATA PODRÁ HACER DIÁLISIS A LOS NIÑOS GRACIAS AL DINERO APORTADO POR EL ESFUERZO DE LOS VECINOS


POR SUPUESTO ALGUIEN DEBE TENER LA INICIATIVA Y ORGANIZAR


ESTA VEZ FUE UNA FUNDACIÓN RELACIONADA CON EL DIARIO EL DÍA DE LA PLATA,  EN OTRO CASO OTRO SERÁ QUIEN DÉ EL 1er PASO 


TAMBIÉN UNIDO, EL PUEBLO ARGENTINO SE REUNIÓ EN TODAS LAS PLAZAS DEL PAÍS EL 8N PARA PEDIRLE AL KIRCHNERISMO QUE, YA QUE NO LES APORTA ABSOLUTAMENTE NADA, AL MENOS DEJE DE MOLESTARLOS Y ROBARLES


BUENO SERÍA QUE EL ESTADO QUE NO DA SEGURIDAD, JUSTICIA, SALUD, TRABAJO, NI ALIMENTACIÓN A LOS ARGENTINOS,  AL MENOS DEJE DE TOMAR MEDIDAS ABSURDAS PARA HUMILLAR A LA POBLACIÓN Y EMPEORAR LA ECONOMÍA



Diálisis infantil: un gran avance gracias a la solidaridad del pueblo platense


Entidades y vecinos aportaron más de medio millón de pesos para renovar los equipos del Hospital de Niños




El mayor centro de hemodiálisis infantil de la Provincia, el del Hospital de Niños Sor María Ludovica, tenía su funcionamiento “atado con alambre”.

De las ocho dializadoras que había llegado a poseer alguna vez sólo quedaba la mitad y nadie podía garantizar que arrancaran al llegar los chicos cada mañana para tratarse.

Reparadas infinidad de veces con repuestos que ya no eran los originales, las máquinas solían colapsar cada vez con mayor frecuencia.

Y si bien los médicos del servicio venían reclamando desde hacía años una solución, ésta parecía muy lejana.

Sin margen para esperar mucho más, la propia comunidad platense decidió salir al rescate de un servicio que no sólo es clave para la Ciudad, sino para todos los bonaerenses.

Por iniciativa de la Fundación Florencio Pérez, entidades públicas, sociedades profesionales, empresas, clubes, comerciantes, empresarios y vecinos destacados hicieron cada uno un aporte económico a fin de reunir la suma necesaria para la renovación de los equipos. 

Con su ayuda desinteresada, la Fundación logró juntar $ 472.740. Y de esa forma compró una planta esterilizadora de agua, cinco equipos de diálisis de primera marca, cinco sillones articulados para diálisis y un televisor LCD de 40 pulgadas.

Pero a su vez, el Club Estudiantes de La Plata donó por su parte una sexta dializadora, cuyo valor lleva a $539.390 el monto total de la donación.

Aunque el logro terminó de materializarse días atrás con la entrega del nuevo equipamiento a la Sala de Hemodiálisis del Hospital, su historia comenzó hace casi un año.

Y es que fue en la edición 2011 de la tradicional cena que organiza la Fundación en vísperas del aniversario de La Plata donde nació el compromiso de los asistentes por ayudar.

Gracias a su solidaridad, hoy una docena de chicos que esperan un riñón vuelven a tener la esperanza de alcanzar el trasplante sin sobresaltos que pongan en riesgo su vida. 


LA ANTESALA DEL TRASPLANTE


Única esperanza para los niños que por distintas causas necesitan un nuevo riñón, la diálisis es para ellos la antesala del trasplante.

Sin este procedimiento -que consiste en filtrar su sangre para eliminar tanto los residuos como el líquido en exceso-, no podrían sobrevivir más que unos pocos días.

De ahí que en la Provincia de Buenos Aires muchos de ellos viajan tres veces por semana hasta La Plata, algunos desde ciudades lejanas, para dializarse.

Y de ahí también la importancia de que las máquinas que les ofrecen ese tratamiento estén en condiciones cuando hacen falta. 

Esto era algo que los médicos de la Sala de Hemodiálisis del Hospital de Niños de La Plata no podían sin embargo garantizar hasta la semana pasada.

Porque si bien los equipos que tenían no eran malos, habían sido hechos para una vida útil de cuatro años y ya llevaban veinte funcionando.

Por eso se rompían cada vez más seguido.

Pero además, como tampoco se fabrican ya en el país no era posible conseguir repuestos originales

(NH: El Kirchnerismo terminó definitivamente con la industria de maquinaria y equipos. Hoy sólo se ensamblan equipos de China y otros países, se les pone un cartelito "MADE IN ARGENTINA" y se los vende al triple de su valor real)  

"Muchas veces los chicos llegaban para dializarse a las 7 de la mañana y había que tenerlos esperando durante horas hasta que se liberara alguna máquina porque no podemos mandarlos a la casa sin dializar. Su vida depende de eso”, cuenta el Doctor Ricardo Rahman, el jefe del Servicio de Nefrología. 

A la peligrosa inestabilidad de los equipos se le sumaba además una disponibilidad de ellos cada vez menor.

“De las ocho máquinas con que arrancó la Sala en 1992 sólo quedaban cuatro. Y en 2010 llegamos a tener apenas dos hasta que nos prestaron otras dos en comodato".

"Por eso veníamos pidiendo su renovación desde hacía años por todas las vías imaginables”, cuenta el Doctor Oscar Amoreo, Jefe de la Sala de Hemodiálisis del Hospital. 

Lo cierto es que la respuesta de la comunidad superó las expectativas de los médicos.

Además de las seis máquinas que necesitaba la Sala, recibieron otro elemento clave para el funcionamiento del servicio: una planta esterilizadora de agua.

Con ella hoy pueden asegurarse de que el agua con que dializan a los chicos es absolutamente pura, libre de gérmenes y residuos que, al entrar en contacto con su sangre durante el tratamiento, los hagan enfermar. 


PUNTAPIE DE OTRAS MEJORAS


Después de veinte años sin que la Sala de Hemodiálisis del Hospital de Niños experimentara mejoras sustanciales, la iniciativa de la Fundación Florencio Pérez -que preside el director de EL DIA, Raúl Kraiselburd- tuvo sobre ella un efecto multiplicador.

Sucede que una vez que se confirmó que el dinero recaudado iba a destinarse a la compra de nuevos equipos de diálisis, el propio Hospital hizo por su parte el esfuerzo de reacondicionar el lugar para recibirlos. 

“Más allá de las dificultades que teníamos con los equipos viejos, también la Sala estaba en malas condiciones y tenía algunos problemas serios". 

"Sus instalaciones de agua y electricidad eran internas, por lo cual había que romper pisos y paredes para arreglarlas, y al estar juntas eran también un poco peligrosas".

"Además, como no había más de un disyuntor para toda la sala, cada vez que una máquina entraba en corto, todas las demás se apagaban”, detalla el Doctor Rahman. 

Por eso “cuando el año pasado nos confirmaron que el dinero de la Cena de la Ciudad se iba destinar a la compra de máquinas nuevas, lo primero que hicimos fue ir a plantearle a la Dirección del Hospital que ayudara a poner en condiciones la sala".

"La donación fue el puntapié para un montón de otras mejoras”, asegura el Jefe del Servicio. 

Resulta difícil reconocer hoy a la antigua Sala de Hemodiálisis del Hospital de Niños en la actual.

Casi todo en ella es nuevo:

Se le modificó el acceso para mejorar las condiciones de higiene,

Se acondicionó el sector de ingreso para que las mamás de los pacientes puedan higienizarse y guardar sus pertenencias antes de ingresar,

Se instalaron pisos de porcelanato fáciles de mantener,

Se construyó una sala aislada para dializar a los chicos cuando sufren alguna enfermedad contagiosa,

Se renovaron las instalaciones de agua y electricidad y se armó un sector más seguro para que las enfermeras laven los filtros de diálisis, entre otras mejoras. 


UNA DURA ESPERA


Si resulta importante que la Sala de Hemodiálisis se encuentre en condiciones no es sólo porque sus pacientes son muy vulnerables durante el tratamiento sino además porque pasan muchas horas de su vida allí.

Para los chicos con insuficiencia renal terminal no hay vacaciones ni asuetos: hasta tanto no aparezca un riñón compatible con ellos deben continuar conectándose a una máquina de diálisis tres veces por semana, cuatro horas por día sin interrupción, muchas veces durante años. 

Si tienen suerte, el promedio de tiempo que pasan en diálisis es de dos años, explica el doctor Javier Zalba, jefe de la Unidad de Trasplante del Hospital de Niños, quien dice que “lo ideal es que los chicos estén lo menos posible, pero eso es algo que no se puede manejar:

Dependen de que aparezca un órgano compatible y, sobre todo, en buenas condiciones: de otra forma preferimos seguir esperando”. 

Desde que el año pasado tuvo que comenzar a dializarse a causa de una enfermedad inmunológica que le arruinó sus riñones, Rocío (14) “ya tuvo dos oportunidades de trasplante, pero en ninguna quedó: la primera vez resultó que el órgano no era viable para ella; en la segunda había otros chicos a los que les iba mejor". 

"Seguimos esperando”, cuenta Silvia Rodríguez, su mamá.

Gracias a la donación, hoy una docena de chicos que esperan un riñón vuelven a tener la esperanza de llegar al trasplante sin episodios que pongan en riesgo su vida.

Sucede que si bien tanto Silvia como su marido, un veterano de Malvinas que hoy trabaja de portero, resultan compatibles como donantes para su hija, los médicos les recomendaron reservarse como última posibilidad.

“En general uno trata de no sacarle un riñón a una persona viva, salvo que no haya otra solución”, explica el médico.

Es así que hasta tanto aparezca un donante cadavérico compatible con Rocío, ella seguirá sujeta a una dura rutina que la obliga a dejar su casa en Florencio Varela a las seis de la mañana para viajar tres veces por semana a La Plata con su mamá.

Algo sin embargo ha mejorado tanto para ella como para los otros once pacientes de distintos lugares de la Provincia que están en su misma situación: y es que al llegar al Hospital de Niños hoy tienen la seguridad de que las máquinas que necesitan para mantenerse con vida funcionan con normalidad.


(Fuente : eldia.com.ar)

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