8 de julio de 2012

ARGENTINA : DESASTROSA SITUACIÓN DE LAS EMPRESAS EXPORTADORAS REGIONALES POR LA ALTÍSIMA INFLACIÓN, EL DÓLAR SUPER-BARATO Y LA PÉSIMA RELACIÓN COMERCIAL DEL KIRCHNERISMO CON BRASIL Y CASI TODOS LOS PAÍSES IMPORTADORES

Argentina :


Economías regionales en rojo: baja la actividad y se derrumba la exportación


La inflación que incrementa el costo de la mano de obra y los insumos; el tipo de cambio apreciado y el deterioro de las relaciones comerciales con Brasil, que cierra las puertas del principal mercado del Mercosur, ahogan a las producciones locales

Por Carlos Manzoni




Las distintas piezas del motor productivo del país empiezan a crujir bajo el peso de un desgaste que se vuelve insoportable.

Ahogadas por una inflación que dispara los costos internos, un tipo de cambio alto que corroe su competitividad y el estancamiento del precio internacional de sus productos, las economías regionales se desangran, al borde del colapso.

En lugar de un remedio para sus males, el Gobierno les propinó una suerte de tiro de gracia, al trabar las importaciones y provocar el cierre parcial del mercado brasileño .

José se amarga al ver desde el ventanal de su oficina sólo tres camiones cargados en lugar de los 20 que acostumbraba despachar. Tiene 83 años, hace más de 60 que está en la misma actividad y dice que la situación actual es la peor que le ha tocado vivir desde que llegó a este suelo, en 1947.

José es Nucete, el dueño de una empresa que ya es sinónimo de aceitunas en el país. Hace dos semanas, decidió cerrar y, aunque ahora retomó el trabajo, confiesa que no sabe cómo va a hacer para pagar el sueldo de junio y el aguinaldo.

"Yo no cerré por capricho, sino porque no había nada para hacer; no se podían cargar camiones porque no había pedidos desde Brasil", relata Nucete. "Además, con la inflación y el dólar que tenemos, es imposible trabajar. Si esto no cambia, tenemos los días contados", concluye.

Su caso es un reflejo de lo que ocurre en el resto de las economías regionales, paralelismo que pinta muy bien Antonio Solimeno, un empresario pesquero de Mar del Plata: "Cambiá las aceitunas por pescado, manzana o tabaco, y vas a ver que todos estamos en la misma que Nucete".

Un estudio de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) muestra que la pérdida de competitividad y la imposición por parte de Brasil de licencias no automáticas a ciertos productos argentinos hizo caer las ventas al exterior, principalmente las originadas en las economías regionales.

Así, mientras que entre enero y mayo de este año las exportaciones cayeron 6% en valor y 4% en volumen, respecto de igual período de 2011, una categoría netamente regional como la de "frutos comestibles" tuvo un derrumbe mucho mayor que la media: cayó un 26 por ciento.

Lo de la falta de competitividad por mayor costo de la mano de obra no es sólo una frase vacía que se repite una y otra vez: según la Copal, la hora de un empleado de la industria de alimentos y bebidas tiene un costo de US$ 12 en la Argentina; US$ 9, en Brasil, y US$ 4, en México.

Tercera generación de pescadores, Solimeno es dueño de Luis Solimeno e Hijos, una compañía con 16 barcos, cinco factorías y 1000 empleados.

Solimeno cuenta que su actividad está complicada por la inflación de 28% anual, el dólar estancado y precios que, desde 2011, exhiben una tendencia a la baja.

"Para colmo, hace dos meses que estamos parados por un enfrentamiento entre dos gremios", lamenta.

La actividad pesquera sufre además el alto precio del petróleo, las retenciones (5% en filetes de merluza y 10% en el resto) y la caída de mercados en crisis, como el español, principal comprador de la eurozona.

Para un sector volcado en un 85% a la exportación, este panorama es muy negro. Tan negro que hasta Conarpesa, acusada de financiar la campaña de Néstor Kirchner en 2003, entró en proceso de cierre.

Si se salta en el mapa desde la zona pesquera hasta el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, el panorama es igual de desalentador. Corazón de la producción de peras y manzanas en el país, la región soporta la merma en cantidad y calidad.

Oscar Martín, presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) y productor frutero, dice que este año habrá una pérdida de US$ 70 millones en exportaciones, más del 10% de las ventas externas anuales.

La historia que cuenta Martín suena conocida. "Hace más de dos años que mostramos a las autoridades el deterioro en la cadena frutícola de la región, debido al incremento de los costos de 25 a 30% anual acumulativo -señala-.

Esto no se puede compensar con precios, porque nuestra economía está orientada a la exportación de frutas frescas y, como el tipo de cambio sólo se devaluó entre 5 y 7%, la ecuación es insostenible."

Esta situación ha llevado a que ya no se haga la inversión necesaria para actualizar las plantaciones: se estima que 5% de las 40.000 hectáreas actuales (es decir, 2000) deberían renovarse anualmente, pero en los últimos dos años sólo se remozaron 300.

La fruticultura ocupa a 85.000 personas en la Patagonia, lo que la convierte en la actividad con mayor impacto socioeconómico en la región.

"Hay suspensiones y pérdidas de puestos de trabajo, pero el conflicto con Brasil complicará mucho más todo en el segundo semestre, época en que tradicionalmente nos concentramos en esa plaza", dice Martín.

No muy lejos del Alto Valle, los empresarios bodegueros de Mendoza dan números que hablan por sí solos: entre 2003 y 2008, la producción de vino embotellado creció en volumen a una tasa de 20% anual; en 2009 y 2010, un 10%; en 2011, cayó 3,6%, y en lo que va de este año, acumula una caída de 4,5 por ciento.

Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, la principal cámara vitivinícola local, explica que sus problemas no provienen de la calidad del vino o la cosecha, sino de la economía general del país.

Además de la merma de competitividad, el Gobierno suma nuevos palos en la rueda, como la reducción de 180 a 90 días del plazo para ingresar divisas y las trabas para comprar dólares o enviar pagos al exterior.

La decisión de Brasil de incluir al vino en el sistema de licencias no automáticas fue el golpe final, ya que les corta a las bodegas un mercado vital, por su cercanía.

"Para una pyme no es lo mismo vender en Bélgica que en un país limítrofe.

Los brasileños ahora le van a comprar a Chile, y nosotros vamos a perder esa plaza por años", se queja Pina.


Cítricos, tabaco y hortalizas


Los citricultores de Tucumán, Entre Ríos y Misiones, entre otras, viven sus propias peripecias.

Afirman que desde 2008 exportan cada vez menos limones, naranjas, pomelos y mandarinas.

La exportación de estas frutas pasó de 660.037 toneladas en 2006 a 502.409 en 2011.

"Con elevadísimos costos por aumento de insumos y mano de obra, hoy la pretensión es pagar los gastos y mantener las plantaciones", destaca Enzo Rita, presidente de Federcitrus.

Desde Salta, el productor tabacalero Eduardo Rodríguez pinta la actualidad de su sector. "Estamos en un momento muy malo", reconoce. ¿La razón? Mano de obra, energía e insumos inflados, precios planchados y retenciones altas. Para peor, aún no recibieron un peso del Fondo Especial del Tabaco.

Las economías regionales padecen además la presión tributaria, que, según Daniel Funes de Rioja, presidente de la Copal, creció en los últimos años, con superposición de impuestos y tasas, sobre todo en el nivel provincial y municipal. "Este factor deterioró la rentabilidad y la inversión de las empresas", acota.

Hay sectores productivos que, directamente, desaparecen. 

Ese es el caso de las hortalizas, como morrones, alcauciles, pepinos, berenjenas y espárragos, cultivos anuales que tenían su centro en Mendoza y en San Juan. 

Un solo ejemplo ilustra la situación: en 2004, la Argentina era exportadora de alcauciles, con 200.000 toneladas de producción; mientras que este año no se llegó a las 10.000 toneladas.

Gianfranco Andreani, presidente de Yancanello, que comercializa aceitunas y aceite de oliva, pero también conservas, comenta que ya no encuentra materia prima para su fábrica.

"La falta de mano de obra competitiva mató a la horticultura -dice el empresario- Ahora, no sólo no se exportará, sino que van a faltar conservas en el mercado interno."

Así están las economías regionales del país, a las que, según analiza el diputado Ulises Forte (UCR), perjudica la política económica destructiva del Gobierno, que tiene a miles de productores y pequeñas empresas luchando por sobrevivir.

Es que desde los tabacaleros del Norte hasta los frutihortícolas del Sur, pasando por los ganaderos de la pampa húmeda, todos sufren un mismo mal. Como dijo Solimeno: "Cambiá aceitunas por pescado, manzana o tabaco, y vas a ver que estamos todos en la misma que Nucete".


La mesa no está servida 




Las principales regiones productivas del país, que tradicionalmente se destacaron por ser grandes proveedoras de la mesa de los argentinos, atraviesan uno de sus peores momentos, ahogadas por la alta presión impositiva, la caída de la competitividad y el cierre de plazas vitales para sus exportaciones.


(Fuente : lanacion.com.ar)

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